Lo cierto es que la llegada a Holanda fue truifar: nada mas llegar ya la montamos.
Resulta que Diego, Ruben y yo cogimos en el aeropuerto de Schiphol un tren para ir a La Haya, donde teniamos Diego y yo un hostal reservado, y a Delft, donde dormia Ruben en casa de Dani. Al subir al tren, se nos ocurrió la brillante idea de subir las pedazo maletas a donde estaban los pasajeros, lo cual a priori parece lo lógico, pero en este caso no: el pasillo era estrechísimo y no había sitio para las maletas. Ya nos ves a los tres, pasando las maletas de canto y como pudimos por el pasillo, vamos, un show!! Las maletas las dejamos al fondo del vagón, donde rodeamos a un fulano con las maletas y le dije: when you want to go out, you call us, we are there, ok? Y el tío mirandome con cara de asustado me dijo... OK, OK, y claro, a partir de ahi, fuimos tema de conversación de toda la gente del vagón, que se estaban partiendo el pecho con nosotros.
Además, sólo decir que comparto piso con un brasileño y un colombiano, y ya tenian una fiesta montada cuando llegué. Un Erasmus un tanto extraño, me da que no voy a practicar mucho el inglés.
Os dejo con una foto de Diego con el EWI (nuestra facultad), al fondo.
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